jueves, 16 de diciembre de 2010

Opus K.W 21:33


La luz de la ceguera
arde.
Arde un día cualquiera en la vanidad de la hoguera,
la hoguera que llamas hogar.
Sales al porche y decides desenfundar los monstruos
pero no le disparas a los pathos,
le disparas al amor.
Te disparas justo en medio de la frente.
Entonces la ceguera se muda de torrente
se hace sangre caudalosa que no piensa en fronteras
se hace beso
se hace espera
la luz abrasa la punta de la lengua.
-No duermo, dices.
-Yo tampoco, digo.
Pero sonrío.