lunes, 14 de junio de 2010

1:12


Cuadrícula infinita,
Para rellenar los días hace falta tinta y orillas saladas,
mirar con los ojos poblados de diario,
decirse en el café americano,
perderse en el baile absurdo de las luces.
Acompañar caminatas que no llevan a ningún lado.
Recordar campanas.
Quererse ahora y desearse viejos,
tomar la melancolía por los cuernos y domarla como a un animal con rabia.
Despertar a las siete y dormirse a las tres,
seguir el cauce de una arruga,
invadirse a impulsos....a toda costa.
Conocerse la traición y la costumbre...
dejar de caer con el tropiezo
de la vida alterna,
del mutuo canto,
encanto de cuervos ciegos
de amor y locura.

miércoles, 9 de junio de 2010

Tuerca y tornillo


Dar la vuelta a la tuerca resulta sencillo.

Se empieza por abrir un pequeño orificio en el ombligo,

luego con ganchito de crochet se busca la hebra que provoca el atasco de la pieza.

Una vez enganchado se tira del hilo.

Lo verdaderamente difícil empieza aquí.

El enredo puede contraer la víscera,

la víscera puede derribar el temple y con este derrocarse el espíritu.

Dar la vuelta a la tuerca entonces es una operación compleja.

El alma negra blande el arma blanca...

Brillo dolorosamente.