sábado, 26 de septiembre de 2009

1:37

Mangle



Los ojos se inundan de manglares
Las artemias devoran la sangre.

Parvada y en el cielo trapecistas...cuando caigan al agua reventarán en manjares de flamingos.

Se deleitarán mis ojos.

viernes, 3 de julio de 2009

A buen entendedor



...
¡
¿
venga..
? volando/
cuándo
------
cuando astrolabio
cuando sextante

olas.
unaveintisiete

pongo un pie en la arena fría, encojo los dedos..no alcanzo a escuchar el sonido
entre las uñas.
poner puntos,, escribir íes, y al final la frase completa es ilegible.
camino y luego, a 3 metros de la orilla giro. ...verifico si alguien me sigue.
Las certezas besan la subjetiva.
¿qué van a pensar?
Esa nunca será una certeza.
seguir confusos...para qué..
A veces la lengua se estira tanto...en muchos sentidos, la intención constante es
un beso. Las lenguas a veces son tímidas y a veces feroces. A veces intentan tocarse
de lejos ...no alcanzan, no sirve sin tacto...se buscan, se esgrimen, deciden y al
final acaban en el mismo lugar... dentro de la boca del otro.
Que cada quién se ocupe de su lengua. Que cada quien se la muerda o la saque a pasear a una fiesta, que cada quien decida dejarla secar de angustia.
Me siento junto a la orilla, el aire me eriza los hombros...me hago bolita y pienso por enésima vez en meterme al agua.

lunes, 9 de marzo de 2009

Diez cero uno-ADN




Rueda el hilo... se separa la madeja.
Al encontrarnos de nuevo se teje un nudo que a veces al jalar se deshilvana ...
...a veces al jalar se tensa y se fusiona.
No hay rojo más vivo que la sangre...

viernes, 6 de marzo de 2009

82 AV. DAUMESNIL



PARÍS…1982


Querida hermana:

Te escribo desde el sexto piso.
Recuerdo ver volar las plantillas de los zapatos amarradas a un hilo de coser azul marino que dejábamos caer desde el balcón…la cuerda de saltar rota y tu extraordinaria compañía.

Una vez fui por leche a la cremería que estaba a dos cuadras ¿te acuerdas? La de la viejita de pelo blanco con acento del sur. Nos llamaba la atención la forma en la que pronunciaba las erres como los mexicanos.
A mi regreso, quise cruzar la calle y un auto pasó a toda velocidad muy cerca de mí. Le pegó al bote de leche que yo llevaba y salió proyectado hasta estrellarse en el centro de la calle. Me quedé muda y sorda en ese momento…sólo podía mirar la leche derramada y cómo se iba ensuciando con la mugre del pavimento…todo en cámara lenta, mi estómago era un remolino. Justo ahí, tuve una revelación…ese momento tenía significado, era una señal de algo que me sentía obligada a descifrar.

Todavía no lo olvido y todavía no lo descifro.

Así recuerdo yo, por breves instantes; entonces tenía nueve o diez años.



Foto:VM