viernes, 6 de marzo de 2009

82 AV. DAUMESNIL



PARÍS…1982


Querida hermana:

Te escribo desde el sexto piso.
Recuerdo ver volar las plantillas de los zapatos amarradas a un hilo de coser azul marino que dejábamos caer desde el balcón…la cuerda de saltar rota y tu extraordinaria compañía.

Una vez fui por leche a la cremería que estaba a dos cuadras ¿te acuerdas? La de la viejita de pelo blanco con acento del sur. Nos llamaba la atención la forma en la que pronunciaba las erres como los mexicanos.
A mi regreso, quise cruzar la calle y un auto pasó a toda velocidad muy cerca de mí. Le pegó al bote de leche que yo llevaba y salió proyectado hasta estrellarse en el centro de la calle. Me quedé muda y sorda en ese momento…sólo podía mirar la leche derramada y cómo se iba ensuciando con la mugre del pavimento…todo en cámara lenta, mi estómago era un remolino. Justo ahí, tuve una revelación…ese momento tenía significado, era una señal de algo que me sentía obligada a descifrar.

Todavía no lo olvido y todavía no lo descifro.

Así recuerdo yo, por breves instantes; entonces tenía nueve o diez años.



Foto:VM

2 comentarios:

Anónimo dijo...

joder...dónde te metes... yo acabo de regresar de parís y no te je visto... la verdad es que levo sin verte un chingo de tiempo... escríbeme...

Unknown dijo...

es un salto de òrbita, una tangente, sangre convertida en leche los alternos de esta vida