miércoles, 4 de julio de 2018

23:49

Vamos a comernos el cielo.
Trae tus dedos palafitos
y sostén este diluvio de trinos
pianíssimo.
Prueba empíricamente que soy 50% agua
y 50% tu imaginación.

lunes, 2 de julio de 2018

Meditación


En el cielo que es mi mente hay una nube flotando que es la realidad.
También hay otra nube flotando que es lo que decido no ver de la realidad, que no porque no lo vea está menos ahí.
Hay una emoción que se siente real pero que tal vez es alguna de estas nubes.
Respiro ante esta tensión.
La ansiedad aprieta mis mandíbulas y el vacío se instala en mi estómago.
Inhalo. El aliento necesita dirección, la dirección necesita claridad.
Y hay dos nubes flotando.
No sé si cuando las nubes se muevan descubriré que me enamoro para escribir y distraerme.
Ahora siento claramente que lo que estoy viviendo es una vuelta de ciclo, la parte del patrón que tiene información que no reconozco.
Que sigo anhelando algo que no estoy lista para construir.
Que sigo teniendo al miedo clavando con sus alfileres las nubes al fondo y que eso impide que meta de lleno los dedos en mi corazón.
Que no me dejo ir por más que todo mi cuerpo esté gritando que pare, que suelte, que caiga.
Que deje que las nubes floten lejos y se disuelvan.
Que por fin llueva.