COMO LE PONDREMOS
martes, 26 de agosto de 2025
Cuatro de septiembre
me acerco girando sobre mis plumas en punta.
Hemos hablado de la maravilla y la fortuna,
de que todo acaba; de que en cualquier caso,
no nos esperábamos.
Nos miramos la historia y nos comemos los ojos.
Un beso nos arrebata y tu boca eclipsa al mundo.
Despierto en medio de una penumbra a rayas,
me tomas con elegancia de gato.
El tiempo sigue pasando sin detenerse en este encuentro.
La atención se deshace en millas.
El final se acerca
y yo estoy en paz.
jueves, 12 de junio de 2025
Habito un mundo post bomba.
Los cachitos de incertidumbre vuelan y caen sucios por todas partes.
Ahora tenemos la certeza de las ruinas.
Xiomara, libre.
martes, 14 de septiembre de 2021
He ido al oftalmólogo y ha dicho que mis lágrimas se evaporan demasiado rápido. Me mandó unas gotas que uso cada cuatro horas. Me parece que veo más claro ahora. Lo que antes parecía bruma se ha revelado brillo. El brillo de las heridas, no las mías personales sino las de todos nosotros. Observo cómo el juego entre ese brillo y su sombra le da un aspecto a nuestra vida.
y muero de compasión y melancolía.
Porque somos niños siempre, presentando nuestras heridas al otro o al mundo
como diciendo, mira aquí necesito amarme, aquí necesito validarme, aquí necesito aceptarme.
Temo llegar al punto de ser ciega y confundirlo todo con luz.
Hoy he escuchado la voz de alguien cegado por el brillo de su propia herida. Pude sentir en su voz que le atraviesa la vida, su herida está totalmente abierta brillando junto con otra herida.
Siento envidia de esa brújula, anhelo ese velo en mi consciencia. Mi herida brilla cínica. Mi herida brilla derrotada. Quiero cambiar la certeza de no poder abrir mi corazón por esa de no ser más que un corazón cierto de que ha encontrado su cura.
Y brillo.
martes, 26 de febrero de 2019
Cuatro cero uno
Me siento ansiosa
viernes, 7 de septiembre de 2018
Mejor hablemos del clima
Hay que dejarle ser nube y cambiar de forma para que sea ballena, compás,
barco, pájaro; o gato que es lo que más le gusta.
Los árboles pondrán sus piernas para que frote su flanco y su cabeza.
Que desaparezca en el horizonte prestidigitador de colores que abren de verdad los ojos.
Que de noche, invisible, se sienta pesada su humedad de poste.
Que por cualquier cosa lo busque y no esté, pero luego, cuando el sol me esté abrasando, proyecte una sombra de alivio sobre mis hombros.
Hay que dejarle ser nube y regresar a sí mismo.
Que el gris se acumule en lo blanco, primero en relieves, luego en el centro, que filtre al Sol de formas que parezcan de otro mundo, como él cuando es estrella partiéndose en arcoiris al centro de lo negro.
Que entonces el aire roce y cierre el circuito entre el cielo y la tierra, que truene y estallen chispas acompañadas del ronroneo de los tres segundos previos a la muerte.
Hay que dejarle ser nube.
Yo estiraré la mano para recibir la lluvia y pondré mi cara que será sonrisa sabiendo que no hay nada más vivo que ver a un hombre saltando al vacío.
martes, 4 de septiembre de 2018
Un sueño
miércoles, 29 de agosto de 2018
23:17
Miré a Francisco Hernández transformar el aire a pesar de sus pulmones cansados.
Tenía los ojos prendidos de fuego y una casa llena de cristales verdes.
José, Emiliano y yo respiramos sus palabras y por cuarenta minutos comprendimos,
lo que es vivir de escribir poemas.

