domingo, 23 de mayo de 2010

23:40


En vano extraviarse para encontrarse vacío.
Uno se espera en balde plantado en terrenos cercados,
uno mira el candado pero no la cerradura.
Luego uno cree que la tierra no es fértil;
que no quiere acunar semillas.
Entonces uno no clama agua,
no grita  ¡viento!
Uno se dice a segar y se vuelve ciego.


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