lunes, 1 de octubre de 2012



Hace soles que no escribo nada ni aquí ni en ningún lado.
Me enrolé en un taller de escribir la vida.
No he articulado ni una sola línea al respecto.
Debe ser la nefasta influencia del presente.

El olvido es un naufragio.
Uno se ahoga necesariamente en la ilusión del tiempo.
De la importancia.
Del otro.

Exterior parque en Delegación Iztapalapa.
Frigia Nº 70

Sara baja del auto.
Raúl sale a su encuentro.
Chocan torpemente en un beso apretado
con los pómulos de fuera
y la lengua quién sabe dónde.
Como cerrando los ojos ante una salpicada.
Alberca turbia de ventanas
de fuentes
de monjas que roban perros finos.

El canal de Miramontes en el que incansablemente se perdía Firulais.
Entonces estábamos juntos.
Los 4.
Cada noche Juan Pestañas,
y las metáforas de trapeador.



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