lunes, 18 de junio de 2018

Elaboración sobre cómo cada vez que estamos juntos intentamos un universo.




- Eres un postre obsceno.

Tu voz penetra mi boca, derrite mi pecho y un río de lava se llena de peces.
Buscan mis labios tu lengua de gato, la chupo.
Una orquesta de poros toca el trombón y otros instrumentos de aliento explosión.
Entonces, tu sonrisa escapa aleteando vigorosamente hacia un atardecer de lámpara roja; es la señal para que una supernova atraiga mi pelvis hacia la tuya y dos cuervos oculten la cabeza el uno debajo del ala del otro.
Calculo que tu cuello, oreja, quijada, boca y mentón ocupan entre 19 y 24 centímetros cuadrados.
Deseo sembrar en esa selva de barba con subsuelo saliva un árbol lujurioso.
En este universo el tiempo ha renunciado a ser dimensión y en lugar de presumir la exactitud matemática con la que sus unidades construyen la realidad, se dedica a hojear tus libros. Juega con el shuffle, nos cambia la música y a veces, sirve un poco de vino mientras se divierte viendo cómo conviertes a esta mujer en cascada o en bahía de cultivo de ostiones Kumamoto.