jueves, 22 de abril de 2010

Crónicas del desencanto o ¿cómo la ves desde ahí Princesa? (fragmento)

Yo me creía una maga, una bruja desierta que hacía llover.
Parece que como en tantos caos, mis padres me amaron hasta la putrefacción de la vista. Inevitablemente crecí alimentada por cucharadas de azúcar y fulgores de seda de Suburbia. Luego aprendí que un beso lo regala cualquiera con dos dedos de pene.
Cuando cumplí 15 años, mi hada madrina no apareció. Tampoco asomó en el momento justo para prodigarme dones. Los dones me crecieron después, en los parques y en la escuela, en el diario íntimo de la vanidad....

Un día, cuando me empezó a crecer el musgo un espejo me miró a los ojos; vi que miraba.

Mito,
Mirar cuando mires y aguar cuando llores
Filtro de agua
Humo de rabia
¿Quién eres el que veo?
¿Quién soy la que ves?


El conjuro mordió granadas; el Olimpo arriesgó sus mejores Diosas y la mirada y el espejo ocultaron las muñecas.

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