viernes, 21 de octubre de 2016

Once cincuenta y seis, mantente hambriento.

Se abre la boca al hambre
como se mira al cielo: buscando formar las nubes que mojan la lengua.
Se abren las piernas al nido, a la idea de que amando se niega la muerte.
Probablemente hoy no sea el último de los días.
Se es vivo y se piensa no estarlo.
Ceniza es una palabra de vicio y virtud,
como polvo lo es de muerte y placer.
Mientras, el mundo nos convierte constantemente en futuro.

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